Con biselado, los componentes prefabricados pueden alcanzar estándares de calidad más altos y ofrecer soluciones más confiables, seguras y visualmente atractivas. Los materiales para biselar se pueden clasificar en tres tipos: caucho (con núcleo de acero), acero y caucho macizo.

El biselado puede mitigar o eliminar los bordes afilados o dentados de los componentes, reduciendo así el riesgo de rayones y cortes durante la operación, manipulación e instalación, mejorando significativamente la seguridad de la construcción.

Al biselar los bordes de los componentes, se reduce la concentración de tensiones, lo que evita el problema común de daños en los bordes. Esta reducción en la concentración de tensiones mejora la durabilidad y la vida útil de los componentes.

El biselado también minimiza la probabilidad de grietas y fracturas al aliviar la concentración de tensiones en los bordes de los componentes. Además, el biselado suaviza los bordes, eliminando el filo y mejorando la calidad estética general de los componentes, ya que los componentes prefabricados generalmente no se someten a tratamientos superficiales adicionales para su uso final.

La aplicación del biselado es crucial para la calidad general del ensamblaje y la precisión de los componentes, ya que permite que los bordes se alineen y se unan con mayor precisión, reduciendo así problemas como espacios y bordes irregulares.